Gustavo Bueno, una demencia senil muy mal llevada

Ya se que no esta bien visto eso de hablar mal de los muertos (Y todo parece indicar que este señor lleva años en estado de muerte cerebral) pero es que tras leer la entrevista que publica hoy “La nueva España” no he podido evitar cabrearme, como supongo que lo hará cualquiera que la lea y que tenga un mínimo conocimiento sobre biología. Porque este tipo, entrevistado por el inefable Javier Neira, se dedica a soltar perlas que sonrojarían incluso a un “cani” puesto de anfetaminas a la puerta de Scorpia. Y es que no se puede demostrar mayor nivel de ignorancia y analfabetismo científico en menos espacio.

Siempre me hizo gracia la cháchara vacua de esta caricatura de filósofo, empeñado en crear su propio sistema filosófico para después explicar “tooooda” la realidad con él, aunque esta se empeñara una y otra vez en contradecirle, llevándole incluso a justificar la pena de muerte, a la que el denomina eutanasia procesal , argumentando que el preso, arrepentido, la debería pedir.

Pero no quiero enrollarme con el personaje, sino con la sarta de estupideces que suelta sin darse tregua, comenzando mismamente por la afirmación que sirve como titular de la entrevista, en la que dice textualmente “No cabe pasar de la parte al todo, deducir de los genes las anatomías”. Supongo que este tipo de frases estarán bien para jugar en las clases de filosofía, pero más allá del juguete ocioso para la palabrería sobre lógica y semántica, esta frase no es más que una estupidez dicha por alguien sin el más mínimo conocimiento sobre biología. Según semejante afirmación, la simetría bilateral, los diferentes miembros, en definitiva, los órganos y su disposición en el cuerpo deben estar definidos o bien por el azar o en su caso supongo que le gustará pensar que cosas como el apeiron son las que definen la anatomía de los individuos. Sin embargo, para su desdicha, las anatomías se deducen precisamente de una serie de genes denominados genes HOX de la familia de los genes homeobox, que son precisamente los encargados durante el desarrollo embrionario de hacer precisamente eso que él dice que los genes no pueden hacer.

A continuación se saca de la manga un ejemplo chusco sobre un jarrón y dice “consideremos un organismo como un todo, sea un ratón o un hombre. Valga el ejemplo clásico del jarrón: una totalidad que se puede romper en partes. Platón decía que el buen carnicero divide la res por sus junturas naturales. Eso es la anatomía. Bueno, pues cada parte no puede existir sin el todo o al menos es posterior o lo presupone. En el caso del jarrón si lo rompes cada fragmento es una parte formal. Cabe reconstruirlo a partir de esas piezas. Pero si lo trituras y haces polvo no se puede reconstruir el jarrón desde esas moléculas de arcilla que son partes materiales.”, para continuar más adelante con “Las partes formales son las anatómicas y las materiales, los elementos químicos como el carbono o el nitrógeno. Volviendo al jarrón, los fragmentos no son un jarrón pero su morfología tiene sentido en relación con el jarrón. Hay de todos modos una escala intermedia que es la de las macromoléculas: el ADN, por ejemplo. Los cromosomas son aún formales porque señalan la especie, presuponen el organismo entero. Por eso no tiene sentido decir que la vida parte de los cromosomas o de la célula, es una petición de principio”. Básicamente se trata de un bla, bla, bla, sin sentido, puesto que usar un ejemplo así es erróneo desde el principio, sería más apropiado hablar por ejemplo de un armario del ikea del que tienes los planos y las diferentes piezas, en el que los planos serían el código genético y la diferente altura a la que puedas poner las baldas sería el factor ambiental que determinaría por ejemplo la estatura en función de factores como la alimentación. Vale, igual no es el ejemplo más sencillo de entender, pero las simplificaciones reduccionistas tipo Gustavo Bueno servirían incluso para justificar la formación de la vida como un experimento de extraterrestres sumerios.

Y concluye “Si coges unos fragmentos pero no tienes la idea de jarrón jamás lo reconstruirás” cuando precisamente la manera de resolver un problema es reducirlo a sus partes más simples para una vez conocidas poder reconstruirlo según tu voluntad una vez adquiridos esos conocimientos.

En fin, no continuo con el resto de perlas para no extenderme demasiado porque acabaría escribiendo el doble de lo que la entrevista ocupo en un principio y no merece la pena, además tenéis el enlace puesto por si queréis seguir riéndoos con las tonterías de un catedrático gaga.