Un día triste

Me acabo de enterar, via comentario malicioso de un amigo en Facebook, que una tragedia largo tiempo temida ha sido consumada. Y es que, para mi desgracia, Andrea Corr se ha casado y lo peor de todo es que no ha sido conmigo, lo cual demuestra sin ningún género de dudas que el mundo es una fosa séptica entrópica y sin sentido.

Aunque yo personalmente prefiero pensar que todo forma parte de un plan suyo para desplumar a un multimillonario y una vez que tenga la pasta a su nombre los dos nos fugaremos...Por otra parte, debería bajar la dosis de mi medicación...

¿Iguales a quien y para qué?

Si hay un tópico aun más quemado que ese de "somos 11 contra 11", "el fútbol es así" o "te juro que es la primera vez que me pasa", es sin lugar a dudas ese mantra políticamente correcto del "todos somos iguales". Soltado así, a pelo, lo cual hace que no signifique absolutamente nada, que es precisamente para lo que se instauró en el libro de estilo políticamente correcto del gran hermano, así la gente se ahorra el esfuerzo de tener que pensar por su propia cuenta, que además de cansado suele ser peligroso para el status quo.

Y es que queda muy bonito decir que todos somos iguales, pero ¿Iguales para qué o a quien?, porque si especificaran que se refieren a que todos debemos tener igualdad de oportunidades y derechos es obvio que estaré totalmente de acuerdo, ahora que me digan que todos somos iguales en sentido estricto es algo que me cabrea mucho, no solo ya por la tontería que es en si misma esa idea sino porque está bastante más extendida de lo que debería entre la gente.

Una de las contradicciones que más me ataca los nervios es la que se produce en algunas oposiciones públicas, por un lado te dicen, todas las personas somos iguales y por el otro resulta que a mujeres y hombres les piden resultados diferentes para superar las pruebas físicas, lo cual le lleva a uno aplantearse, muy bien ¿Si para desempeñar un determinado puesto de trabajo a una mujer le sirve con pasar una determinada prueba de una manera, por qué el hombre debe pasar una de nivel superior?, ¿O es que acaso es el nivel del hombre el que hay que superar y entonces la mujer entra en manifiesta incompetencia?, esta es una paradoja que nadie me ha explicado todavía, al margen de vaguedades claro, supongo que los ladrones correrán menos al escapar de una mujer que de un hombre. La tercera vía para explicar lo de las pruebas físicas para la policia sería su uso como sistema para descartar gente, claro que son unas pruebas que cualquiera puede pasar, así que esa explicación solo sirve para pruebas como las de los bomberos que si que son realmente duras.

En definitiva, ni somos iguales ni con esfuerzo se consigue lo que uno se proponga. Yo, por mucho que lo intente, jamás seré capaz de batir el record del mundo de los 100 metros y por otro lado, jamás tunearé mi coche, más que nada porque aunque poca, sigo teniendo una ligera actividad cerebral...

El código de autorregulación de las televisiones


El famoso código de autorregulación sobre el que cada poco se puede leer algo en el periódico es una idea bastante graciosa que viene a significar básicamente “si me quereis irse”. Es sorprendente como una tomadura de pelo de ese tamaño ha conseguido tomar forma más allá de su origen, que no pudo ser otro que la coña de un tipo ciego de crack a las 6 de la mañana. ¿En serio alguien se creía de verdad que el tipo que tenga en nómina a Jorge Javier Vazquez sabe deletrear la palabra autorregulación?

Pero en vista del tremendo éxito de esta fórmula que apela a la propia responsabilidad moral de cada uno de los profesionales implicados en ese sector yo propongo extender este revolucionario sistema que beneficiará sin lugar a dudas la convivencia en todos los rincones de la sociedad. Por lo tanto, el paso lógico será eliminar a todos los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, porque, ¿Cómo vamos a permitir la ofensa de tener un organismo que se encargue de hacer cumplir la leyes cuando nosotros mismos podemos autorregularnos?. Está claro que si abolimos a estos cuerpos desaparecerán los crímenes de nuestra sociedad, de la misma manera que por arte de magia las empresas audiovisuales se autorregulan y no ofrecen esos contenidos que se suponen inadecuados a horarios inadecuados (Y no me refiero al porno precisamente), así como tampoco emiten más anuncios de los permitidos, ni tampoco no nos toman por gilipollas.

Las leyes no tienen valor porque nosotros digamos que lo tienen, tienen valor en función del poder coercitivo que las respalda (Por eso me hace gracia que todavía haya quien hable de justicia cuando lo que quiere decir es legalidad). Al margen de mecanismos, procedimientos y filosofías sobre las que se construya un sistema legal, este, solo será aplicable si tienes jueces y policías capaces de sancionar y hacer cumplir la ley. Por lo tanto, la simple propuesta de autorregulación por parte de alguien solo significa que lo que quiere es pasarse los acuerdos por el forro y hacer lo que le venga en gana y lo más preocupante es que las autoridades competentes no actuaran de oficio ante semejante propuesta, porque a fin de cuentas los otros son empresas que solo buscan beneficio, algo que es amoral por naturaleza sino que se lo pregunten a la iglesia católica...

Rumbo a la isla esmeralda

Me voy a pasar unos días a Irlanda y pensando en ello no se me ocurrió nada más irlandés que poner un video de mi diosa celta cantando con los Chieftains (Soy así de simple, que le voy a hacer).

El matrimonio y otros contratos sociales

No entiendo el matrimonio, o sea, si, vale, es un sistema para que dos personas obliguen a una tercera a ponerse traje y regalarles cosas a cambio de un catering y música mala mientras aguanta a desconocidos por parte de una de las partes contratantes en un ambiente que cada vez está más cargado a medida que avanza el día, lo que provoca un suceso antigravitacional, que algún día explicará la física cuántica, por el que las corbatas tienden a subir poco a poco desde el cuello hacia la frente.

Pero no es esta la parte del matrimonio que no entiendo, me refiero más bien al concepto filosófico, ya que el concepto material queda bastante claro en cuanto al hecho de chulear al estado para conseguir unos derechos que no tienen las parejas que no firman este tipo de contratos sociales.

Sin embargo, cuando le preguntas a alguien por qué se casa, jamás te responderá que para sacar tajada del estado, sino que lo hace por amor y es que por lo visto el amor no vale nada si no lo pones por escrito, como los anónimos amenazantes. Yo por mi parte lo veo como un mecanismo de control social, que debe de ser bastante eficaz a tenor de lo que se puede observar, ya que en todas las sociedades conocidas hay ritos de este tipo, ridículos todos ellos, por ejemplo, me viene a la cabeza Lauren Postigo casándose por el rito zulu, tan vergonzante y casposo como lo que viene siendo una boda "typical spanish". Y es que todas y cada una de las maneras de celebrar una boda al final son lo mismo, un hechicero o un concejal (Poco importa porque los dos son fieles siervos de Satanás) legitima a ojos de dios o del estado de Nevada que te zumbes a tu novia.

Aunque hay algo que es sin lugar a dudas peor que el matrimonio, que a fin de cuentas se soluciona con un divorcio, se trata, como no, de tener hijos. Hay gente que tiene pesadillas en las que pierde los dientes, a mi personalmente me aterraría más soñar con tener hijos. Si ya de por si me resulta difícil entender por qué alguien podría querer casarse, la idea de que quiera tener hijos ya se me escapa totalmente, porque meditando sobre el tema, yo no estoy atado a ninguna religión que me diga que tengo que crecer y multiplicarme y tampoco tengo la imperiosa necesidad de transmitir mis genes a la siguiente generación, así que no entiendo que razones al margen de estas puede tener la gente para tener hijos. Hay quien diría que se trata de miedo al compromiso, yo lo veo más bien como un ejercicio de sentido común, ¿Por qué iba nadie a condenarse voluntariamente a cadena perpetua?

En fin estas son las chorradas que se me vienen a la cabeza cuando llevo un par de cervezas en una despedida de soltero, ese atávico ritual creado para que los amigos puedan humillar al novio de maneras inimaginables y demostrarle así, a nivel subconsciente, lo poco que les atrae la idea de la boda, vamos digo yo. Sino, que otro significado puede tener obligar al novio a vestirse de vaca sexy con tetas enormes y lencería de encaje negra mientras agita un cencerro por las calles abarrotadas de Sangenjo. Por cierto, creo que el próximo fin de semana saldré yo mismo a la calle vestido así, ya que al parecer no hay nada que atraiga más a las tias que un tio disfrazado y cuanto más ridículo y humillante sea el disfraz más parece atraerlas.

D.E.P Frank Miller

No suelo hablar sobre los comics que leo porque no me apetece hacer un blog sobre comics, al margen claro está, de que apenas puedo soportar a los críticos, ya sean de cine, música o comic, aunque estos últimos suelen ser menos pedantes y pretenciosos que los anteriores, quizás porque los pedantes y culturetas en general suelen mirar el comic como algo menor y a los superhéroes como lo más ínfimo e indignos de recibir algo más que su airado desprecio.

El caso es que acabo de terminar de leer el “All Stars: Batman y Robin” escrito por Frank Miller y no puedo dejar de pensar que a este tio han debido lobotomizarlo, porque sino no se explica la total ausencia de talento de sus últimos trabajos, no hace falta más que hechar un vistazo a cosas como “The Spirit”, cuyos diálogos sonrojarían incluso a un guionista de matrimoniadas. En este comic en concreto, solo se salva el dibujo de Jim Lee, para mi gusto el tio que mejor dibuja a las chicas en los comics de superhéroes desde el gran John Romita Sr.

Y es que Miller coge a unos personajes que supuestamente le gustan como son Batman y Robin y pergeña un engendro en el que Batman es directamente un desquiciado y Robin un niñato que le parte la traquea a Linterna Verde. Se pasa por el forro las personalidades establecidas por años de continuidad, algo que de por si no es nada malo si se hace bien, como él mismo demostró en los años ochenta con Daredevil, a quien redefinió completamente, marcándole la linea que incluso a día de hoy sigue vigente. De hecho lo hizo también con el propio Batman en “Batman: Año uno”.

Pero ya quedan muy atrás sus obras maestras como “El retorno del caballero oscuro”. El ejemplo más claro de que sus mejores días parecen haber pasado es precisamente la secuela a este comic que vomitó años después, ”El caballero oscuro contraataca”, en la que convierte a Batman en poco más que un parafascista enajenado, por no mencionar lo que hace con Superman (Queda claro que el personaje no goza de sus simpatías).

Por otra parte, nunca he soportado su estilo de dibujo, que tal vez encaje bien en el blanco y negro feista de “Sin city” o puede que para "Ronin" o "300" pero que para nada lo hace en un comic de superhéroes.