No pudo ser, hoy todos los “ciudadanos de bien” del país comparten el mismo pesar por todos esos empresarios que no van a poder especular con contratos otorgados a dedo por el ayuntamiento a cuenta de los juegos olímpicos. Un día triste para la corrupción política y empresarial patria pero feliz para la corrupción política y empresarial brasileña. Y es que como todo el mundo sabe, la corrupción ni se crea ni se destruye, tan solo cambia de siglas cada cuatro años más o menos. De hecho, la corrupción debe ser la única institución que cumple a rajatabla el espíritu olímpico, no conoce fronteras, ya sean políticas, de raza o religión y siempre aspira a superarse.

Por otro lado, a costa de un despliegue mediático desmesurado para cubrir la selección del comité olímpico, han conseguido que pase bastante desapercibido el insulto a la democracia llevado a cabo por parte de la Unión europea en Irlanda. Europa, como los violadores, al parecer no acepta un no por respuesta, así que obliga nuevamente a votar a los irlandeses algo que ya desecharon hace un año, dejando claro que no son los ciudadanos de la unión quienes toman las decisiones. Tan solo pueden elegir si las acatan a la primera o a la segunda.

Por eso está claro que no pudo ser, no pudo ser una Unión europea donde no nos impusieran una constitución que los ciudadanos rechazaron a pesar de las campañas masivas de propaganda. No pudo ser una unión donde no se de cobertura legal a conceptos como la guerra preventiva. Donde las empresas no sean más importantes que los ciudadanos. Eso por no mencionar a quienes toman realmente las decisiones dentro de la unión, comisión y banco central europeo, que no se eligen ni siquiera por sufragio.