El racismo en España

Cuando Obama se presentó como candidato a la casa blanca y durante toda su campaña, entre los comentarios que surgían al sacar el tema, siempre salía a relucir el racismo en USA, normalmente para criticar la segregación racial hacia negros e hispanos. Cuando ganó, el mantra pasó a ser que los Estados Unidos habían dado un gran paso contra el racismo, etc, todos sabemos de que hablo.

Parecería que en España el racismo no existe más allá de los grupos extremistas, sin embargo, en cuanto les pones a muchos de esos que se congratulaban de que Obama fuera el primer presidente negro un ejemplo trasladado a la idiosincracia española, las cosas dejaban de ser tan claras y comenzaban los "peros". Y es que España, al parecer, no está preparada para tener un presidente gitano, a tenor de sus respuestas. En España el deporte nacional no es el futbol, es criticar lo de fuera teniéndolo en casa.

Ahora, con la excusa de la crisis económica, están empezando a crecer brotes de racismo por Europa, no hay más que ver lo que pasó hace poco en Reino Unido. Como no podía ser de otra forma, la gente critica ese racismo, a la vez que empieza a mirar con malos ojos a los inmigrantes (Con Cuca García de Vinuesa a la cabeza de las "gentes de bien").

Aunque todo tipo de racismo es basura, hay uno que me irrita especialmente, por el cinismo del que hace gala quien lo lleva a cabo. Es un racismo silencioso, que se puede observar en los pequeños gestos que tiene la gente hacia los inmigrantes. Es, a mi modo de ver, más dañino que todo lo que puedan vociferar los tarados skins por la calle.

Todo esto viene a cuento por una anécdota que me sucedió estando en el hospital hace un par de meses. Por razones que no vienen al caso, mi madre tuvo que pasar la noche allí. Al día siguiente vino a sustituirla una conocida de la familia. Unos días después, le comentaba mi madre que si le hacía falta pedir un calmante llamara a las enfermeras, ya que ella lo había hecho y no le habían puesto ningún reparo. Pero para nuestra sorpresa, comentó que ella lo había pedido y que no se lo habían dado poniendo excusas ridículas, como que no estaba pautado, cuando era un medicamento que suministraban sin necesidad de tener que pautarlo y a mi madre no le habían puesto pegas.

Esta conocida es ecuatoriana, así que sospechamos cual sería la razón para no darle el calmante. Podría pensarse que se trata de un hecho aislado, casual, que no tiene relación con el racismo, sin embargo, algo similar ocurrió unos meses antes, en otra estancia en el hospital y por lo que ella comentó, es algo que le sucedía con cierta frecuencia. Obviamente no se puede considerar representativo de una sociedad, pero dos hechos similares en un corto periodo de tiempo me hacen pensar en un síntoma de racismo soterrado entre la gente que normalmente dice que no es racista, pero que al mismo tiempo, nunca viviría cerca de gitanos, con esa excusa tan de partido de extrema derecha como es la falta de seguridad que les inspira.

La pregunta es, ¿Cuánto tiempo tardarán, por ejemplo, en producirse auténticas batallas campales en el sur de España, en las zonas de invernaderos?, supongo que tendremos que esperar a la época de las cosechas y a que la crisis se instale de manera definitiva para conocer un poco mejor el corazoncito racista de los españoles.

0 comentarios: