El sentido de la vida

Para las dos últimas no tengo respuesta, pero la primera tiene una respuesa bastante evidente...Ninguno. La prueba más clara es que para poder encontrarle sentido a la vida, la gente recurre a inventarse complejas mitologías llenas de seres cósmicos que en el fondo no son más que personajes planos, sin aristas, buenos contra malos, vamos, que nunca les darían un oscar.
También está la opción más o menos agnóstica de buscar un sentido a la vida en el conocimiento. Normalmente, te dicen que estamos aquí para aprender. Vale, me parece muy bien, pero, ¿Aprender qué y para cuando?, porque, a no ser que volvamos a las mitologías chiripitiflaúticas, acabas palmándola al final de la película. Y me parece que los conocimientos le sirven más bien de poco a un saco de productos químicos en descomposición.

3 comentarios:
Las preguntas metafísicas son fundamentales. Imagínate estar fumao sin preguntas metafísicas. ¿A que no es lo mismo?
El sentido de la vida es nacer, reproducirse (o, al menos, intentarlo lo más que se pueda) y morir, como los perros y los mejillones, y ya. Que digo yo que no sé por qué hay que buscarle un sentido... Busquemos, mejor, el sentido de las cucarachas, o el de las camisas con hombreras.
Ahhh las hombreras, yo tengo una teoría que relaciona el auge de las hombreras con la expansión del SIDA...Pero mi terapeuta me dice siempre que mejor me la guarde para mi, que el mundo aun no está preparado.
Todo el mundo sabe que el sentido de la vida es 42.
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