Los premios Príncipe de Asturias

Los premios en general suelen ser una estupidez (Bueno excepto el premio MTV al mejor beso, sigo fantaseando con el beso de Buffy en aquella pseudoversión teenager de las amistades peligrosas), pero los Príncipe de Asturias en particular, son una auténtica tomadura de pelo.

Leo y veo en todas partes que le han dado el premio de los deportes a Rafa Nadal y no seré yo quien le quite mérito alguno al número uno del mundo, ahora bien, si le das el premio a Nadal, ¿Me puedes explicar que clase de criterios psicotrópicos sigues para dárselo a él y no a Federer?. Debo suponer que ser español da más puntos de vida de cara al premio, porque me trae a la memoria algún año anterior de los premios, en el que, creo recordar, se lo dieron a Arancha Sanchez Vicario en detrimento de Michael Jordan (En fin, sin comentarios).

Y mejor no hablar de otras categorías como la de las artes, donde el jurado, muchas veces parece haber sido elegido como pago de favores sociales. El caso más sangrante que recuerdo fue haberle concedido un año el premio a una cantante de ópera en competencia con Paul McCartney. Quisiera saber (Si es que vas a dar un premio de música) que se fumaron para no darle el premio a alguien que junto con John Lennon es probablemente el músico más influyente de todo el siglo XX.

Por no mencionar la poca clase que tienen a la hora de buscar desesperadamente la foto. En algunos premios, como el que le dieron a la CNN, son más obvios que Nuria Bermudez en una fiesta de Ronaldo. Dan la sensación de ser nuevos ricos tratando de buscar aceptación social.

También podrían ahorrarse la estupidez de dar premios compartidos, ¿Para qué das un premio si se lo das a todos?, sería más cómodo que dieran un premio general al planeta entero (Y no descarto que cualquier día le den el premio de la concordia a Gaia) y después disolvieran la fundación y no dieran más la murga de primos retardados de los Nobel.

Por no mencionar que la retransmisión de los premios compite con pueblo de dios por el galardón a la ceremonia más aburrida, vacía, pomposa y falsa.


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