Tengo que reconocer que desde pequeño estoy traumatizado con estos días previos a la vuelta al colegio, se acaba el verano y por si no te habías enterado, llega el Corte inglés dispuesto a recordártelo (Y de paso aporta su granito de arena a la hora de convertir a los crios en unos cretinos obsesionados con la moda y el que dirán, eso si, pasando por caja), sus anuncios, junto con los de vacaciones Santillana, se encargaban de amargarme el principio y el final del verano. Y es que parece que a los adultos les jode que los niños sean felices durante demasiado tiempo, por eso inventaron las espinacas, la ropa de los domingos y a Leticia Savater.

Y claro, no pueden faltar en los telediarios las "dicharacheras bromas" sobre el inicio del curso político, tan originales como los grandes éxitos de Jaimito Borromeo (Iba a decir Milli Vanilli, pero la metaironía sobre mi propia originalidad me desconcertó). Creo que tanto los anuncios como las noticias de los telediarios sobre la vuelta al cole no son más que parte de un elaborado plan del Doctor Maligno (O de Fresita, este es un punto confuso que necesita de un estudio más detenido) para ir laminando la voluntad de los niños poco a poco, hasta hacer de ellos unos buenos corderitos y que se vayan acostumbrando a los horarios laborales y a los trabajos mal retribuidos.