Eutanasia, hipocresía y cinismo de la iglesia

Últimamente se oye hablar mucho de sedaciones irregulares, eutanasia, suicidios asistidos, etc, todo ello revuelto y mezclado intencionadamente de manera partidista por los detractores de la eutanasia.
Personalmente opino que la vida humana es ante todo personal e intransferible, y esto quiere decir que nadie debe tener derecho a decidir sobre ella a excepción de la propia persona implicada. Y si una persona se encuentra incapacitada hasta tal punto que no puede llevar a cabo su voluntad, nadie puede decidir en contra de ella alargándole la vida si él/ella voluntariamente ha decidido terminar con ella. Todos esos "defensores" de la vida que se posicionan contra la eutanasia, en realidad se están posicionando contra la libertad individual de las personas, diciéndoles que ellos no tienen ningún derecho sobre si mismos y su cuerpo, de manera muy poco disimulada aspiran a controlar hasta el último suspiro la vida de los demás.
Un argumento que me provoca vergüenza ajena es ese que dice que si se aprobara una ley que regulara la eutanasia se empezaría a cometer asesinatos masivos y burradas así. Curiosamente sigue la misma pauta argumentativa que las críticas a la ley del divorcio por ejemplo, que decían acabaría con la familia tradicional, recientemente la misma argumentación se aplica a los matrimonios gays. Es un auténtico insulto a la inteligencia que consideren que dar derechos a unas personas implique quitárselos a ellos, como si se les obligase a casarse o a divorciarse o llegado el caso a aplicarseles eutanasia. Sin embargo no soportan que los demás si puedan hacerlo, envidia, mezquindad...En cualquier caso afán de controlar a los demás y someterlos a su voluntad.
Hay en la postura de la iglesia frente a temas como el aborto y la eutanasia una carga de cinismo que provoca la nausea, no puedo dejar de poner un extracto de una carta del papa Benedicto XVI, en la que muestra la postura de la iglesia al respecto:

"No todos los asuntos morales tienen el mismo peso moral que el aborto y la eutanasia. Por ejemplo, si un católico discrepara con el Santo Padre sobre la aplicación de la pena de muerte o en la decisión de hacer la guerra, éste no sería considerado por esta razón indigno de presentarse a recibir la Sagrada Comunión. Aunque la Iglesia exhorta a las autoridades civiles a buscar la paz, y no la guerra, y a ejercer discreción y misericordia al castigar a criminales, aún sería lícito tomar las armas para repeler a un agresor o recurrir a la pena capital. Puede haber una legítima diversidad de opinión entre católicos respecto de ir a la guerra y aplicar la pena de muerte, pero no, sin embargo, respecto del aborto y la eutanasia".
Tercer punto de la carta de J. Ratzinger, al cardenal Theodore McCarrick, Arzobispo de Washington DC.

Aquí se muestra en todo su esplendor la cínica postura de la iglesia ante el respeto a la vida, prohibimos tajantemente el aborto y la eutanasia (mecanismos de control social a nivel moral), pero eso si, puede haber "legítima" diversidad de opinión a la hora de masacrar a cientos de miles en una guerra o de matar a gente con un "ánimo" educativo y aleccionador contra el crimen (lo cual resulta de lo más práctico a la hora de apoyar a regímenes como el de Franco).
En definitiva matar es pecado, pero no siempre, no todos los muertos tienen la misma importancia y claro está son ellos los que deciden su importancia.

1 comentarios:

Santiago Chiva, Granada dijo...

La eutanasia es un tema muy pantanoso. Se habla de legalización de la eutanasia para casos límite. Pero en Holanda, donde lleva legalizada años, no es así; se va haciendo habitual y va calando la mentalidad de que si estás enfermo lo mejor -para todos- es pedir la eutanasia, en detrimento de los cuidados paliativos

Preguntar a un enfermo si desea pedir la eutanasia es ponerle ante un dilema y ya tiene consecuencias en él. Si pide la Eutanasia, se le quita la vida y acaba el dolor, claro. Pero ¿y si pidiera medicina paliativa? Algunos dirán, con tono comprensivo, que no pasaría nada, todo sigue como siempre, se le cuida hasta que muera. Pero no. Ya nada es como antes. Si elige seguir viviendo, siempre tendrá que explicar por qué ha optado por una solución que supone más sacrificios a sus cuidadores, más dinero al Estado por gastos de la Ley de Dependencia y gastos sanitarios. El mismo personal sanitario que le cuida es el que le hubiera quitado la vida. Y como el enfermo no ha querido, hay que seguir cuidandole. Y total, para seguir sufriendo. Y los familiares, que quizá le sugirieron la eutanasia, son los que deben seguir viniendo a verle no se sabe cuantos meses o años más. Y quitando tiempo de dedicación a los niños, y con la hipoteca que les agobia, y en vacaciones, a ver que pasa... Los médicos o los familiares, no va a decir así las cosas, claro. Pero no somos tontos y sabemos cuando algo que hemos decidido no ha caído bien o resulta un engorro.

Encima, el Estado es parte interesada. Aunque los políticos se indignen, saben perfectamente que cuanta más eutanasia, más millones de euros para otros gastos sanitarios. Cuestan mucho menos dinero los trámites de defunción que un día más de cuidados paliativos. Para un contable sin prejuicios morales la mejor solución está bien clara: animar a pedir la eutanasia a todos. Sin embargo, nuestros mayores y nuestros enfermos, que con su vida han colaborado a hacer un mundo más humano, se merecen la mejor solución aunque cueste más. Si alguien quiere tener más reflexiones de interés sobre este tema en la etiqueta: http://opinionciudadano.blogspot.com/ se encontrará unas cuantas

Gracias por ofrecerme la opción de opinar,

Santiago