La incultura de los toros

De entrada, torturar a un animal buscando placer estético es un síntoma claro de enfermedad mental. Me gustaría saber exactamente que problema tiene este pais con los toros, se les tortura a ritmo de pasodoble, se les pega fuego en los cuernos y no los tiran desde campanarios porque pesan demasiado y no les caben por la puerta de la sacristía (de ahí que se decantaran por las cabras).


Estoy intentando encontrar la diferencia, si es que realmente existe alguna, que hace que el toreo sea un "arte" y las peleas de perros una salvajada. Tal vez sea cuestión de volumen, el volumen de tarados que pagan por ver una u otra tortura. O puede que sea por el atuendo, entre homoerótico y directamente filogay que "lucen" los toreros, siempre me he preguntado como es posible que un tipo con campanillas y mallas fucsias puede ser considerado un icono de la virilidad, cualquiera diría que se trata de todo un golazo por parte de ese "lobby" gay que tanto temen Losantos y Cesar Vidal.



Muchos, defienden el toreo por ser una tradición, pero hasta hace relativamente poco tiempo, la tradición era quemar mujeres y decir que la tierra es plana. Curiosamente, la mayoría de los defensores del toreo encajan en ese perfil. Es bastante normal que los pro-fiesta sean a su vez creyentes y defensores de "un papel más tradicional" para la mujer en la sociedad. Todavía recuerdo como se puso el grito en el cielo cuando alguna mujer quiso ser torero/a, o esos espectáculos dantescos y carpetovetónicos de plazas enteras lanzándole bragas a "Jezulin". Y es que las tradiciones no son más que rutinas sin sentido que se repiten año tras año, como las canciones del verano o los capítulos de los Serrano.



Pero lo que más gracia me hace es cuando hablan del enfrentamiento del hombre con la bestia, ¿En serio necesitan ver a un matarife vestido como Paco Clavel torturando a un animal para saber que el hombre es más "listo" que la bestia?, porque de ser así, entonces soy yo el que no tengo muy claro que lo sean y menos viendo la riqueza cultural de la que hacen gala tanto diestros como público en general.



Luego están los que hablan de "la cultura de los toros", que ya de por si suena como el que habla de "la cultura del tunning". Estos, siempre acaban sacando a colación a Hemingway. Está bien, le gustaban los toros, pero también era un suicida alcoholizado, así que ya estais tardando en volaros vuestras podridas cabezas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo siempre he estado mucho más a favor de violar embarazadas. Es igual de sucio, de cruel y de violento, pero por lo menos no están los pesados ecologistas y animalófilos detrás dando la murga.

En mi pueblo vamos a instaurar una nueva tradición: tirar del campanario al cura. Preveo tal éxito que me apuesto el brazo de las pajas a que salimos abriendo el telediario.

Paria dijo...

No se que decirte, ahí tienes a las feministas, que pueden llegar a ser tan cargantes, hipócritas, demágogas y fanáticas como el mejor de los ecoterroristas.

Eso si, me apunto a lo del cura, pero yo le daría un poco más de espectáculo y le añadiría un toque fallero, tiraría al cura ardiendo de noche, menudo espectáculo de luz y sonido.

Ais que poco me gusta hacer comentarios en mis propias entradas, es tan egocéntrico que estoy por cambiarme el nombre y hacerme llamar Pedro Ruiz (Siempre que me prometan que el polvo con Inma del Moral viene incluido con el nombre claro).

Anónimo dijo...

Me ha gustado la idea. Si al final sale adelante lo de tirar al cura del campanario, te invitamos a que le rocíes tú con gasolina y tires la cerilla. La gasolina, por supuesto, corre de nuestra cuenta.

No puedo violar embarazadas, no puedo desangrar toros... ¿qué me queda? De seguir esto así, dentro de poco nos prohiben hasta sacrificar vírgenes, ya verás.

Hombre, lo realmente egocéntrico sería comentar tus propias entradas. Comentar un comentario es, como mucho... NORMAL!!! No seas tan tiquismiquis :PPP