Supongo que debido a la cercanía de la celebración del milagro de que una virgen pueda dar a luz y seguir siendo virgen(por no hablar de la ausencia de padre y el adulterio zoofilo), lo más conveniente era hacer una primera entrada sobre el tema, además se me ocurrieron algunas chorradas mientras conducía de vuelta a casa y es que las navidades dan que pensar...

El asunto de los adornos de navidad es algo que me indigna, ahí tenemos a los pobres árboles de navidad, cargados de bolas de colores, purpurina y más boas de espumillón que el molino rojo, pero claro, nadie se para a pensar en lo mal que lo tiene que estar pasando ese abeto, sobre todo sino está muy seguro de su sexualidad, ahí, vestido con el uniforme oficial de la cabalgata del orgullo gay, que parece que acaba de volver de chueca, que no sabes si hacerle una foto entrañable para la felicitación navideña o sacarlo como portada de la revista zero(en la imagen tenemos la portada de diciembre). El mismo componente homoérotico aparece en los reyes magos vestidos con capas coronas y demás abalorios, ¿Será alguna especie de simbolismo hermético del tipo, la religión te va a dar por el culo?.

Ahora también está de moda colgar muñecos de Santa Claus de las ventanas, ¿Qué clase de mente enferma y perturbada es capaz de adornar la ventana de su casa ahorcando a un anciano obeso, vestido de rojo y charol?... Pero bueno no se puede esperar nada bueno de semejante personaje, porque vamos a ver, te paras a pensar un segundo en él ¿Y qué te encuentras?, a un viejo gordo que se viste de rojo y con botas de charol cuya afición es colarse en las casas ajenas por la noche con un único objetivo, “hacer felices” a los niños, yo pienso que eso como mínimo son veinte años y un día sin posibilidad de reducción de condena.