La familia bien, gracias
Me hacen gracia las chorradas corporativistas de la iglesia, que como toda buena empresa busca acaparar nichos de mercado, lo que ya no tiene tanta gracia son la cantidad de,hum, como decirlo sin ser ofensivo, pirados, estúpidos, integristas que le siguen el juego. Y es que me indignan cosas como hacer una manifestación en defensa de la familia, eso si entendiendo como familia lo que la iglesia define como tal, porque claro todo aquello que no entre dentro de su definición ya no es familia.
Y ahí las tienes, todas esas marujas beatas que se aburrían en casa y se dijeron.-Bueno, que hacemos, vamos a jugar al cinquillo o preferís ir a pegar voces, insultar a los sociatas y chulear maricones.
Pero volviendo al argumento de la iglesia, ellos consideran que las leyes aprobadas que dan derechos a determinados colectivos que no los tenían suponen un ataque hacia lo que ellos consideran la ley divina, aunque no se yo hasta que punto el "flying spaghetti monster" se habrá molestado en darles directrices tan precisas de organización social. Lo que me lleva a pensar que consideran a la institución familiar con la que tanto se llenan la boca como algo muy débil que puede ser roto por defender los derechos de una minoría a la que por cierto la iglesia persigue con saña y cinismo.
En cualquier caso lo que parece es que la iglesia pretende imponer su particular visión del mundo a toda una sociedad independientemente de que comulguen o no con sus cuentos de hadas y cuando el resto de la sociedad no hace lo que ellos quieren se sienten atacados. Pero no podemos olvidar que la iglesia como la coca-cola lo único que hace es vendernos un producto, así que de la misma manera que no permitiríamos que nos obligaran a beber coca-cola no debemos permitir que nos obliguen a aceptar los planteamientos de otra empresa privada, que por cierto tiene siglos de sangre y fuego a sus espaldas.
Para terminar, nada más quiero decir que la argumentación de la iglesia no se sostiene de ninguna manera, excepto como intento de imposición integrista. Si dos personas se quieren casar por la iglesia pueden hacerlo igual que siempre y si quieren meter a sus hijos en la secta pueden hacerlo llevándolos a catequesis. Lo que pasa es que ahora no van a tener el monopolio y poco a poco se les va quitando la posibilidad de tener agentes captadores en los colegios y es esto lo que de verdad irrita a la iglesia, la potencial perdida de clientes y por lo tanto ingresos, que es a lo que se reduce todo en la más antigua multinacional sin escrúpulos de la Tierra.
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